martes, abril 20, 2010

FACUNDO

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Autor: Domingo Faustino Sarmiento, escritor, educador, político y periodista; 1811-1888. Otras obras: Mi defensa (narrativa autobiográfica); Recuerdos de provincia (novela autobiográfica); Viajes (prosa epistolar); Diario de campaña en el Ejército Grande (diario íntimo de un novelista); Vida de Dominguito (novela biográfica de su hijo); ensayos (políticos, militares, sociológicos y pedagógicos); discursos, y artículos periodísticos.

Género y corriente: Novela biográfica romántica, con algo de ensayo histórico, sociológico y político.

Estructura: Esta obra, cuyo título completo es Vida de Juan Facundo Quiroga, lleva como subtítulo Civilización y barbarie (1845), consta de una introducción y de tres partes nominadas divididas en cuatro, nueve y dos capítulos, respectivamente. Además, incluye un apéndice constituido por tres proclamas del general Juan Facundo Quiroga.

Sinopsis: Facundo es el representante de la barbarie. Nace y se desarrolla en el ambiente físico definidos de hábitos y caracteres de los tipos que el mismo entorno engendra, sobre los cuales pesan la historia y la tradición.

En la primera parte, con afán casi antropológico y tendencia determinista, Sarmiento hace una semblanza de los rasgos físicos de su patria: "El mal que aqueja a la Argentina es su extensión, y la clase de vida que ella genera". Asimismo, encuentra y analiza las causas de su atraso: su naturaleza salvaje, el primitivismo de los gauchos[1] y la ociosidad de los criollos. Por ello propone en su "proyecto civilizador" repoblar el país con razas europeas, fuertes y trabajadoras, así como propiciar la inmigración de italianos, tan amantes de trabajar la tierra, justamente lo que la Argentina necesita para el desarrollo de su agricultura. También señala, como consecuencias de las guerras de independencia, el despoblamiento de las ciudades y el retroceso de la civilización.

Sin embargo, al margen de estas ideas que defiende Sarmiento, acertadas o no, su descripción minuciosa de vida y tipos humanos del campo argentino, así como del paisaje, deja ver cómo, aun a su pesar, se siente atraído por esos hombres obligados a sobrevivir en condiciones mucho más difíciles que las de los europeos a quienes admira.

El talento literario de Sarmiento se pone de manifiesto, por ejemplo, en las páginas donde describe las figuras del rastreador, el baquiano, el gaucho malo, el cantor[2], y la pulpería.[3]

En la simplicidad de su estilo, estos cuadros son semblanzas escritas por un verdadero artista, donde no falta el tono emotivo de la evocación.

Los nueve capítulos de la segunda parte contienen la vida de Facundo Quiroga, apodado el Tigre de los Llanos, célebre caudillo y gaucho bárbaro que había abrazado* el partido de los federales, para convertirse luego en el tirano sanguinario de San Juan y, más tarde, ser gobernador de Buenos Aires, de quien el mismo Rosas, luego de su triunfo, se deshizo sin escrúpulos; todo lo cual sirve a Sarmiento para ilustrar el empuje de la barbarie en la Argentina, el reinado de los instintos sanguinarios y de las feroces pasiones políticas.

Quiroga aparece dibujado con trazos enérgicos que pintan eficazmente su índole bárbara; también se evocan y describen otras figuras (el fraile guerrillero Félix Aldao y el Chacho Peñaloza, por ejemplo) representativas de esa cruenta guerra civil que duró treinta años, fomentada por la sed de dominio. Sin embargo, a pesar de que el biografiado es Quiroga, el personaje en la mira de Sarmiento es Rosas. La muerte del Tire de los Llanos en una trampa planeada por el mismo asesino y tendida en Barranca Yaco, acarrea sus consecuencias pues, eliminado Quiroga, los federales comandados por el asesino, ya en el poder, gobiernan el país con tiranía. Por lo tanto, parece decir Sarmiento, muerto Facundo es necesario derribar también a Rosas, otra encarnación de la realidad bárbara, más dañina aún, puesto que se trata de una barbarie refinada.

La idea de un gobierno unitario futuro[4], en la tercera parte de la obra, cierra el libro. Sarmiento especula sobre el porvenir político de la Argentina y de su pueblo diciéndonos cómo, para él, en la vida de Facundo Quiroga pueden reconocerse las fuerzas fundamentales del ser argentino: la barbarie y la civilización en lucha permanente.

Facundo se escribió con objeto de hacer un análisis de la historia de Argentina, determinada —según Sarmiento— por la geografía de aquel país, y de las condiciones y acontecimientos que propiciaron la barbarie, como elementos que frenan el progreso y la civilización.

Este escrito posee abundantes digresiones sociológicas, históricas, folklóricas y psicológicas, con un grupo de tesis que Sarmiento trata de demostrar, mas todo ello integrado al aspecto biográfico del general Juan Facundo Quiroga.

El autor presenta los vicios y problemas que en esa época aquejaban a su país y, a la vez, esboza posibles soluciones. Por ello, atendiendo a sus propósitos iníciales, Facundo fue un arma de combate contra los enemigos de las ideas progresistas, aunque personales, de Sarmiento; de ahí el carácter panfletario que se adjudica a su contenido vehemente y contradictorio, pero escrito en páginas magistrales desde el punto de vista literario.

El romanticismo de Sarmiento lo hace idealizar, como a muchos otros autores de su época, el papel regenerador de la educación europeizarte. Ésa debe ser, según él, la solución de los problemas y penurias padecidos por el sector ilustrado de los pueblos que sucumben bajo una tiranía tan sanguinaria como la de Rosas.

Sin duda, Facundo es un libro polémico en cuanto a las ideas que sustenta; pero, literariamente, esto no lo demerita, al contrario, presta a la prosa de su autor una multiformidad sorprendente, pues Sarmien­to pasa de la descripción sociológica a la biográfica y, de ésta, al ensayo político, integrando todo en una interesante y ágil trama narrativa. De aquí que, si Facundo es un texto fundamental de la literatura argentina por sus cualidades estéticas, también lo es por derecho propio dentro de la historia del pensamiento latinoamericano.

[1] Pobladores de la pampa, de esa enorme llanura existente entre Argentina y Uruguay. Son seminomadas y se especializaron en las faenas ganaderas. Su habilidad como jinetes se hizo legendaria.

[2] Rastreador se llama a quien localiza una res por sus huellas, baquiano es el conocedor de las rutas en la pampa, el gaucho malo era un forajido buscado por la ley, y recibe el mote de cantor un tipo de poeta popular que iba de un lugar a otro improvisando coplas.

[3] Tienda donde, además de comestibles, se expenden y sirven bebidas

[4] Tendencia política que propugnaba para Argentina por una constitución centralista, opuesta a la federal.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Genial!!

excape to prision dijo...

Confío en ti

Guadalupe torrez. dijo...

¿Qué otras oposiciones se plantean en el texto? ¿En qué se basan?


5.- ¿Reconoces alguna antinomia vigente en el siglo XXI? ¿cuáles y cómo se manifiestan?
Me ayudan con estás preguntas porfas!!