lunes, febrero 21, 2011

EL RUBI

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Autor: Rubén Darío, seudónimo del poeta, escritor y periodista nicaragüense, Félix Rubén García Sarmiento; 1867-1916. Otras obras: Epístolas y poemas, Abrojos, Rimas, Prosas profanas, Cantos de vida y esperanza, El canto errante, Canto a la Argentina, etc. (poesía); Azul... (Poesía y prosa); Cuentos completos (relato); Peregrinaciones, La caravana pasa, Tierras solares (narrativas); Los raros, Todo al vuelo, etc. (prosa no narrativa); biografías, y artículos periodísticos (crítica literaria).
Género y corriente: Cuento modernista.
Estructura: No presenta divisiones.
Sinopsis: A una gruta subterránea —descrita como un palacio esplendoroso, con muros y techo cuajados de oro, plata y piedras preciosas, donde habitan los gnomos, artífices de toda esa riqueza y pedrería—, uno de ellos, Puck, trae la noticia de que un sabio parisiense, mediante la alquimia de recortas y matraces, ha logrado elaborar un rubí artificial. Como muestra, se ha robado una de esas piedras del medallón de una dama, de esa manera "el cuerpo del delito estaba allí, en el centro de la gruta, sobre una gran roca de oro".
Ante el asombro del resto de los gnomos, que desconocen el origen de los rubíes, el más viejo de todos cuenta la historia de cómo nacieron las primeras gemas de ese tipo.
En una ocasión, mucho tiempo atrás, y a raíz de una huelga que conmovió toda la Tierra, los gnomos salieron en fisga por los cráteres de los volcanes; entre ellos, el narrador, entonces joven, también subió a la superficie de la tierra, donde todo era alegría, luz, vigor y primavera, y raptó a una hermosa doncella para convertirla en su amante.
En su gruta la hizo vivir como una diosa, como una emperatriz del oro, rodeada de lujo y de diamantes. Pero ella amaba a un hombre, "y desde su prisión le enviaba sus suspiros".
Cierto día, el gnomo terminó su trabajo de extraer diamantes de la roca y se durmió. Despertó con el murmullo de los gemidos de su amada que, al tratar de huir a través del agujero abierto en la roca, se había destrozado el cuerpo "blanco y suave como de azahar y mármol y rosa, en los filos de los diamantes rotos. Heridos sus costados, chorreaba la sangre". Él la tomó en sus brazos en tanto que la sangre de la joven corría inundando el recinto y las rocas de diamante se teñían de rojo. Ella murió en brazos de su raptor y los diamantes empapados de sangre se convirtieron en rubíes.
Cuando el viejo gnomo concluye su historia, crece el desprecio de sus amigos por el rubí artificial, pálido y sin facetas, porque no puede lograrse con procedimientos químicos la misma belleza que dan la sangre y el dolor de una doncella, por eso despedazan la falsa gema con un inmenso desdén. Terminan festejando, entre las paredes resplandecientes de la gruta, la superioridad de sus piedras preciosas y agradeciendo a la madre tierra por crear los diamantes, y a la mujer por haberlos convertido en rubíes irremplazables.
Esta breve narración es uno de los cuentos que integran una sección especial del libro de poemas Azul..., publicado en 1888. El título del cuento, además de aludir al asunto de la anécdota que en él se desarrolla, remite a la prolija pedrería que caracterizó el lenguaje del modernismo.
Tanto el tema fantástico como el esplendente escenario, poblado de gnomos y profusamente adornado de oro, plata y pedrería, son características definitorias de todo texto modernista. Las descripciones del ambiente están llenas de plasticidad, formas, colores, luces, sonidos melodiosos, riqueza y magnificencia, marco ideal para esta hermosa historia irreal.

HIJO DE HOMBRE

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Autor: Augusto Roa Bastos, narrador, poeta y ensayista; n. 1919. Otras obras: Fulgencio Miranda, Yo, el supremo, etc. (novelas); El trueno entre las hojas, El baldío, Madera quemada, etc. (cuentos); El ruiseñor de la aurora, El naranjal ardiente, etc.(poesía) y diversos ensayos.
Género y corriente: Novela realista moderna.
Estructura: Está dividida en nueve capítulos nominados.
Sinopsis: En Itapé, un pueblo de Paraguay, vive el viejo Macarlo consumido por los años y quien, sin embargo de su edad, posee una memoria prodigiosa y el don de contar historias.
Mientras algunos muchachos se burlan de él, otros se le acercan para oírlo referir historias del pasado. De todas ellas, la de Gaspar Mora, fabricante de instrumentos musicales, es la predilecta de Macarlo.
Antes de morir, Gaspar Mora había tallado un Cristo. Sus admiradores adoraban la imagen, en tanto sus detractores, incluido el cura, la rechazaban. Pero ante la posibilidad de un enfrentamiento entre ambos bandos adversarios, la Iglesia finalmente bendice la imagen. Macarlo, quien hasta entonces había cuidado de ella, pierde ese encargo, dado que el Cristo tallado pasa, por consiguiente, a manos de la Iglesia.
Poco después, Macarlo agoniza y muere leproso en el abandono, mientras Itapé despierta a la modernidad, representado este paso civilizador por la construcción de las vías del ferrocarril.
A esta altura, la novela se aparta del relato anterior y presenta el comienzo de otro hilo narrativo. Un día llega un forastero a Sapukai, otro pueblo paraguayo. Este hombre no habla con nadie, pero pronto se descubre su identidad: se trata un ex oficial ruso, exiliado de su patria luego de la caída del zar.
En cierta ocasión, el forastero conoce al sepulturero del pueblo cuya hija en ese momento yace casi moribunda. Como sólo mediante una cirugía puede salvarse, el extranjero opera a la muchacha y ésta se restablece. A partir de entonces, todos reconocen sus dotes de médico. El sepulturero le da, en señal de gratitud, una vieja talla de san Ignacio, uno de los santos patronos del Paraguay, que había sido hallada dentro de una tumba.
Tiempo después, la imagen se rompe accidentalmente y el doctor encuentra en su interior varias monedas de oro. Aleccionado por esta sorpresiva y feliz experiencia, desde entonces el forastero pide que le paguen sus servicios sólo con imágenes.
Más tarde, los pobladores advierten cómo el médico ruso va enloqueciendo poco a poco. Cuando un día desaparece, en su casa hallan decenas de imágenes decapitadas. Desde ese momento, los habitantes del pueblo lo llaman "el hereje" cuando se refieren a él.
A partir de estas dos narraciones aparentemente inconexas, las historias de Itapé y Sapukai se van desarrollando lentamente hasta desembocar en la guerra del Chaco, que desangró al Paraguay durante la década de los treinta.
Esta novela, aparecida en 1960, es un fresco de la historia paraguaya de la primera mitad del siglo XX, logrado mediante la yuxtaposición de capítulos autónomos.
Al final de la obra, un personaje, encarnación y símbolo del protagonista colectivo que es el pueblo paraguayo y que se ha venido configurando, debe cumplir una misión heroica, pero en ella muere.
En el último capítulo, los pocos sobrevivientes de la guerra intercambian sus tristes experiencias y la novela culmina con sentidas palabras del narrador, que exige comprensión y justicia para el pueblo paraguayo, tantas veces calumniado a lo largo de su tormentosa historia.
Con esta obra, Augusto Roa Bastos ha alcanzado reconocimiento internacional por su labor narrativa. La novela recrea e incorpora artísticamente elementos de la cultura guaraní, lo mismo lingüísticos que míticos, primordiales en la literatura de este autor, tanto en textos anteriores como posteriores al relato que ahora nos ocupa.
De esta manera, Hijo de Hombre, por sus indiscutibles valores literarios, ha conseguido un importante lugar en las letras del continente americano donde ya es considerado el más grande novelista paraguayo de todos los tiempos.

LA CIUDAD Y LOS PERROS

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Autor: Mario Vargas Llosa, narrador, ensayista, dramaturgo y periodista; n. 1936.
Otras obras: La casa, verde, Conversación en la catedral, Pantaleón y las visitadoras, La tía Julia y el escribidor, La guerra del fin del mundo, Historia de Mayta, ¿Quién mató a Palomino Molero?, El hablador, Elogio de la madrastra, etc. (novelas); Los jefes, Los cachorros, Kathie y el hipopótamo (relatos); La huida del Inca, La Chunga, (teatro) y numerosos ensayos.
Género y corriente: Novela realista moderna.
Estructura: Está dividida en dos partes, de ocho capítulos numerados cada una, y un epilogo.
Sinopsis: Alberto, a quien sus compañeros apodan el Poeta porque escribe cartas de amor y novelas pornográficas para venderlas a los otros internos, ha sido inscrito en el colegio porque su padre confía en que ahí se hará "hombre", y el Jaguar, de familia muy humilde, está en la escuela militar para lograr un futuro distinto del de sus hermanos, ladrones de profesión.
Los códigos morales diferentes de ambos personajes se enfrentan abiertamente después de la muerte de Ricardo Araña, el Esclavo, otro de los estudiantes, quien se había identificado mucho con Alberto.
Todo comienza la noche cuando Porfirio Cava, uno de los miembros de la temible pandilla del Jaguar llamada el Círculo, especie de sociedad secreta que siembra el terror y la violencia en el colegio, a instancias de sus camaradas roba las respuestas del próximo examen de química.
A causa de un vidrio roto se descubre el delito y las autoridades consignan a toda la sección. Esa noche estaba de guardia Ricardo
Araña, apodado el Esclavo por sumiso y pasivo, quien soporta toda clase de vejámenes y humillaciones, por lo que es castigado a permanecer en el colegio todos los fines de semana mientras no aparezca el autor del robo.
Durante su reclusión, el Poeta se encarga de llevar las cartas de amor que él mismo ha escrito a Teresa, novia del Esclavo, de quien acaba enamorándose el propio Alberto. Cuando esto ocurre, Teresa deja de escribir al Esclavo y éste, atormentado por ese silencio, no puede soportar el encierro y al cabo de un mes delata al ladrón y Porfirio Cava es expulsado del colegio.
Tiempo después, durante unas maniobras, el Esclavo recibe un balazo en la nuca. La versión oficial es que su muerte se debió a que accidentalmente se disparó un fusil. Alberto sabe que no fue un accidente, sino la venganza del Jaguar por la delación del robo de Cava.
El oficial más honesto del colegio, el teniente Gamboa, escucha las quejas del Poeta y se enfrenta a la dirección del ejército para esclarecer el asunto. Sin embargo, la actitud de protesta de Alberto, único testigo del crimen, será nulificada por el director del plantel con la amenaza de que, si insiste en decir la verdad sobre la muerte de Araña, será expulsado por dedicarse a escribir novelas pornográficas. El miedo a la reacción de su familia y a no realizar los planes de irse a estudiara los Estados Unidos para convertirse en el "hombre de bien" que su padre quiere, lo hacen desistir.
En el epilogo de la obra, cronológicamente posterior al regreso de los cadetes del colegio, vemos a los protagonistas readaptándose a la monótona vida cotidiana. El teniente Gamboa se traslada a la guarnición de Juliaca, pueblo lejano y perdido entre la sierra, luego de su fracaso en el intento de transformar la actitud de los militares. Alberto vuelve a su barrio y a sus viejos amigos, y pretende olvidar a Teresa. Ella se casa con el Jaguar, al que conocía desde niña, y quien, despojado ya de su antiguo poder, trabaja como empleado bancario. Alberto, sin embargo, nunca recuperará la tranquilidad que perdió al aceptar el chantaje del director y renunciar a sus ideas sobre la justicia.
El pesimismo que llena la historia hace más conmovedora aún la situación de los jóvenes personajes, atrapados en un mundo donde reinan la maldad y la fuerza.
La dispersión del relato, contado con una técnica narrativa fragmentaria, es una acertada metáfora de la imposibilidad de lógica en un ambiente dominado por la violencia.
En esta primera novela de Vargas Llosa, publicada en 1963, se vislumbran los principales temas y modos de narrar que caracterizarán toda su obra, favoreciendo la presentación del mundo cerrado y opresivo de los colegios militares que domina esta narración, y por ello las relaciones establecidas por los cadetes con sus familias, amigos, superiores y entre sí, se caracterizan por el odio y la impotencia ante un orden social injusto por principio.
Este libro tiene estructura y estilo innovadores, con monólogos interiores y un modo especial de tratar el tiempo, en ello radica su importancia dentro de la actual narrativa latinoamericana.

LA TIERRA PRÓDIGA

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Autor: Agustín Yáñez, novelista; 1904-1980.
Otras obras: Flor de juegos antiguos. Pasión y convalecencia,Genios y figuras de Guadalajara, Al filo del agua, Archipiélago de mujeres, La creación, Ojerosa y Pintada, Las tierras flacas, Tres cuentos (narrativas).
Género y corriente: Novela realista moderna.
Estructura: Consta de nueve capítulos nominados.
Sinopsis: Pascual Medellín, promotor enviado por el gobierno federal, llega a La Encarnación, enorme propiedad de Ricardo Guerra, alias el Amarillo, uno de los siete caciques regionales, verdaderos señores de horca y cuchillo, dueños de vidas y haciendas.
Sotero Castillo, Eulogio Parra, Pánfilo Rubio y Pablo Flores reciben a Medellín, en ausencia del anfitrión y propietario.
Desde el principio, Medellín percibe la rivalidad entre los presentes, así como sus intenciones de impedir la intervención del gobierno en contra del poder caciquil.
El Amarillo se presenta al día siguiente e invita a sus huéspedes a hacer un recorrido por las playas, lomas y plantaciones frutales de ésta que es, verdaderamente, la tierra pródiga. Al terminar el paseo, los cinco caciques presentes —pues faltan jesús Cordero, quien desde Autlán domina sus posesiones y sus negocios de agiotista, y Tiburcio Lemus, "talamontes" y dueño de madererías— expresan su proyecto de obtener del gobierno más créditos para continuar desarrollando cada cual sus propiedades. Medellín les asegura el interés de la administración federal, dispuesta a otorgar créditos y a realizar obras públicas, caminos, escuelas, hospitales, siempre y cuando los caciques entren en sociedad con el gobierno quien, en calidad de socio mayoritario, vigilará todos los proyectos de desarrollo y su puntual ejecución. Los caciques recelan de que semejante intervención es una mengua en su poder sobre tierras y hombres, por lo que se despiden sin llegar a compromiso alguno con Medellín, quien con palabras veladas les lanza la amenaza de que "si no entran en razón, se integran en sociedad con el gobierno y desisten de sus prácticas ilegales, no sólo quedarán privados de los créditos sino en situación muy precaria, porque carecen de títulos de propiedad para esas tierras que han tomado por la fuerza". Ya a solas, el Amarillo rememora cuántos esfuerzos viene invirtiendo para lograr su sueño de convertir La Encarnación en un inmenso centro turístico para su personal beneficio; cómo batalló para salir de pobre, ya que de simple transportista pasó a ser el hombre más poderoso y temible de la región; asimismo, recuerda a las mujeres cuyos nombres dio a playas y puntas costeras, amoríos pasajeros cultivados con cinismo delante de su esposa Elena, a quien humilla y maltrata; pero eso sí, "dándole su lugar" y entera confianza. Guerra piensa también en Gertrudis, la hija menor de Sotero Castillo, a quien desea tanto como odia al padre.
Los siete caciques libran una lucha sin cuartel para ver quién aventaja a los demás, quién "se los madruga". Por ello, compiten para obtener más créditos, cuyos pagos diferirán hasta nulificarlos, como siempre lo han hecho.
Sin embargo, Medellín piensa aprovechar esa rivalidad para, oponiéndolos unos con otros, derrotarlos y acabar con el caciquismo que mantiene la región hundida en la violencia. El más apropiado para sus propósitos parece ser el Amarillo.
Los caciques se reúnen a deliberar en busca de una solución. Ya han empezado a llegar maquinaria, ingenieros, contratistas, tropas para custodiar todo. La única salida sería unir fuerzas, pero los rencores, recelos y venganzas pendientes les impiden llegar a un total acuerdo.
De pronto, los acreedores comienzan a exigir el pago de deudas y llueven los embargos. El primer afectado es Guerra, quien se ve obligado a echar mano de todos sus recursos para salir del paso: halagos, sobornos, viejas relaciones... Al fin, se acerca al ingeniero Medellín, ya en la capital del estado.
Mientras el Amarillo anda lejos de La Encarnación, ésta es devastada por un ciclón. Elena se salva de milagro con el auxilio de Sotero Castillo, quien secretamente la desea desde hace años.
Cuando Guerra regresa, lo hace con el respaldo de Medellín e inicia no sólo la reconstrucción de sus destruidas propiedades sino el proyecto turístico o, al menos, así le parece.
Guerra también trae el propósito de seducir a Gertrudis. Con el pretexto de agradecer su ayuda a Castillo, se presenta en los dominios de éste, le propone terminar sus rencillas y reanudar la vieja amistad. Sotero parece acceder. Esa misma noche, Gertrudis huye con Guerra. El padre de ella se venga asesinando inocentes, lo cual enciende la ira popular. Castillo muere linchado a manos de gente incitada por Jesús Cordero.
A raíz de ese asesinato, Guerra comprueba estar realmente enamorado de Gertrudis. Sus demostraciones de amor por la joven empujan a Elena a la desesperación.
El Amarillo planea ofrecer una gran fiesta a las autoridades del estado, el gobernador, Medellín y varios funcionarios. Cuando todo está listo, los invitados llegan a donde se realizan los trabajos para el camino y demás obras, pero desaíran a Guerra y le notifican el cese de su comisión y que también se le cancela el proyecto turístico. La fiesta se celebra sólo para Ricardo y Gertrudis, de quien desea tener un hijo. Elena se percata de cómo ha sido desbancada y se suicida,
Desprovisto de poder, pero lleno de amor y energía nueva, el Amarillo huye con su amante, decidido a empezar desde cero.
Desde su publicación en 1960, a esta novela se le considera una de las mejores de Yáñez. Si en Al filo del agua se ocupa del aspecto adusto y sombrío de Jalisco, en ésta centra sus observaciones sobre el paisaje exuberante de la costa jalisciense y sus apasionados habitantes.
Yáñez narra con enjundia valiéndose del lenguaje coloquial propio de su tierra natal; además, utiliza el monólogo interior para dar a conocer los pensamientos de sus personajes, a la vez que delinea a cada uno de ellos.
La secuencia temporal se rompe aquí y allá para enterar al lector de los antecedentes, las motivaciones ocultas y los anhelos que subyacen en las acciones de los protagonistas.
Yáñez se solaza, sobre todo, en las descripciones prolijas, exuberantes como la misma tierra que da título a la obra. El autor compara la conducta de los caciques con la de los primeros  conquistadores españoles y no le falta razón. Estos hombres despóticos, crueles, ambiciosos sin límite, son los instrumentos ciegos de la civilización que acaba derrotándolos.

LOS RÍOS PROFUNDOS

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Autor: José María Arguedas, narrador, ensayista, poeta y antropólogo; 1911-1969.
Otras obras: Yazuar Fiesta, El sexto, La agonía, de Rasu Ñiti, Todas las sangres, etc. (novelas); Mitos, leyendas y cuentos peruanos, Canciones y cuentos del pueblo quechua, Cuentos mágico-realistas y canciones tradicionales del valle del Mantaro, Diamantes y pedernales, Amor, mundo y todos los cuentos; El zorro de arriba y el zorro de abajo [póstuma] (relatos).
Género y corriente: Novela indigenista.
Estructura: Está constituida por 11 capítulos numerados y titulados.
Sinopsis: Hijo de un abogado itinerante, un chiquillo de nombre Ernesto pasa sus primeros años en numerosos poblados, donde aprende a amar el lenguaje y las creencias de los indios. Durante una estancia en Cuzco, Ernesto se da cuenta del abismo existente entre blancos e indígenas —aquéllos, los dueños, poderosos terratenientes; los indios, sojuzgados, víctimas de atropellos y violencias aún subsistentes—. Dos pueblos, dos culturas y dos modos de vida distintos que, a pesar de su coexistencia, se hostilizan por naturaleza y nunca llegarán a integrarse del todo.
Durante esos años, el niño también conoce a su tío, un rico hacendado a quien su padre llama despectivamente "el viejo".
Trasladado a Abancay, Ernesto entra de interno en un colegio de religiosos sumamente conservador y ortodoxo, donde se educan los hijos de las familias pudientes. Este trasplante lo sitúa en un lugar y entre unas personas que le resultan totalmente ajenos.
Toda la novela está teñida de la nostalgia del joven protagonista por recuperar su vida pasada y seguir a su padre. El mundo elemental y diáfano de los indígenas, identificado con la naturaleza y entretejido de magia, que conoció en su infancia, será constantemente el refugio de sus recuerdos y añoranzas.
Por otra parte, la brutal explotación de los indios por la oligarquía latifundista es vista por los religiosos como un orden establecido "agradable a Dios".
Los personajes característicos de todo el internado comparten su historia: el Añuco, huérfano de un terrateniente venido a menos y protegido por los religiosos, y Lleras, el más indisciplinado y fuerte de todos, son los menos amistosos con Ernesto. Palacios, un humilde interno obligado por su padre a quedarse en el colegio, es el más sensible. Los abusos de Lleras concitan a los otros en su contra.
La agitada y solitaria existencia de Ernesto dentro del colegio se enriquece por fuera con otras experiencias; por ejemplo, con el conocimiento de juguetes indígenas como el "zumbayllu", que lo consuela de todas sus penas.
Al demostrar su destreza en el manejo del trompo se gana la amistad y el respeto de los habitantes de Abancay. Anteco, el dueño de la tienda, le pide que le escriba una carta dirigida a su novia y, a cambio, le regalará el juguete.
En los barrios indios de Abancay, Ernesto es testigo de la existencia miserable e infrahumana de los indígenas, sumidos en la suciedad y la tristeza. Pero entre ellos también descubre objetos que le son familiares y revive con nostalgia el mundo fantástico de los quechuas.
Un día, el niño presencia un levantamiento de las mujeres más humildes del pueblo, llamadas chicheras, uno de los episodios fundamentales de la obra.
La administración general de la hacienda ha acaparado la sal; las chicheras descubren los depósitos, los vacían e intentan distribuirla entre los peones indígenas. Ernesto, entusiasmado, se integra al grupo. Cuando regresa al internado, el padre director, a quien todos tenían por un "santo", reprueba su conducta y lo lleva consigo cuando sermonea hipócritamente a las mujeres sublevadas, intentando aplacarlas. Mientras tanto, la policía montada, avisada por el mayoral de la hacienda, quita la sal a las chicheras y la devuelve a las anteriores manos especulativas. El pueblo de indígenas, temeroso y acobardado, no interviene. El mayoral, que había recuperado la sal por la fuerza, la entrega ahora a los indios en premio a su obediencia y sumisión.
Pero, doña Felipa, la jefa de las chicheras, se ha convertido en el terror de los hacendados y vaga con sus seguidoras por los campos.
El niño, solidario y único admirador de esas mujeres entre los demás del colegio, ruega para que incendien los cañaverales y terminen así con los abusos de los dueños, los poderosos terratenientes.
Cuando el pueblo es invadido por la peste, seguida de una revuelta de los indios, el ejército ocupa el pueblo y los hijos de los oficiales se relacionan con los internos. Sin embarga, los fusiles de los guardias no logran aplacar la insurrección indígena.
Mientras tanto, la epidemia se extiende por toda la región. Los pudientes abandonan el pueblo. A los pobres sólo les queda el consuelo de la religión.
También Ernesto abandona el colegio y se dirige a Abancay, pero prefiere evitar la casa de su tío el hacendado y parte a la sierra en busca de su padre.
Esta novela, publicada en 1958, tiene una perspectiva peculiar. Su descripción del mundo quechua se realiza a través de la visión de Ernesto, el protagonista y narrador en primera persona. Se trata de un niño en cuya sensibilidad se entrelazan las culturas blanca e indígena. Su mirada ingenua descubre las relaciones sociales que presiden la vida de los indios en la sierra peruana. Además, por primera vez en la narrativa latinoamericana, el indio que aquí se presenta es real y objetivo; el paisaje oficia en la obra como un verdadero protagonista y la naturaleza está cargada de poesía.
La personalidad ambivalente del protagonista, su pertenencia real a la clase de los blancos y su identificación con la cultura indígena, hace del relato uno de los más desgarradores dentro de las letras americanas. Asimismo, la excelencia del lenguaje utilizado por el autor, donde también se entrelazan estos dos mundos, en ocasiones su estilo "traduce" al español el habla peculiar del indio mediante una recreación estética, demuestra la maestría de Arguedas como narrador, y justifica su lugar de privilegio dentro de los actuales escritores latinoamericanos más importantes.
Esta novela, por la denuncia social que conlleva, perfila un tema muy frecuente en la literatura peruana posterior.

BALÚN CANÁN

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Autor: Rosario Castellanos, poetisa, novelista y diplomática; 1925-1974.
Otras obras: Oficio de tinieblas (novela); Ciudad real, Los convidados de agosto, Álbum de familia (cuentos); El eterno femenino (teatro); ensayos, y poemas.
Género y corriente: Novela indigenista.
Estructura: Está dividida en tres partes, con 24, 18 y 24 capítulos, respectivamente.
Sinopsis: En un lugar apartado de México, Nueve estrellas (en maya Balún Canán, nombre antiguo de Comitán, Chiapas), una niña de siete años, hija de los Argüello, inaugura su mirada y sus palabras para contarnos las leyendas, las creencias y las realidades de los blancos y de los tzeltzales Con su lenguaje sencillo e imaginativo, nos describe directamente toda la herencia espiritual de un tiempo de crisis, donde dos fuerzas opuestas, los indígenas y los blancos, comparten un estado de ánimo único, aunque lleno de contradicciones hasta el momento en que deben enfrentarse.
La niña tiene una nana indígena que la inicia en el saber ancestral. También un hermanito, Mario, el último retoño de los Argüello, débil y delicado.
César, el padre de ambos niños, es un personaje enérgico y distante, pero en diversas ocasiones demostrativo y afectuoso. La madre, Zoraida, es impaciente, difícil, poco afecta a manifestar sus afectos y bastante propensa a la histeria y la superstición.
Un día, César recibe a los indios de Chactajal, propiedad de los Argüello, con quienes conversa de los asuntos de la finca.
Aquellos indios, dice la niña, "trajeron malas noticias, como las mariposas negras".
Es tiempo de lluvias en Balún Canán y los augurios de otros males siguen llegando. César se entera, por su amigo Jaime Rovelo, de que el gobierno de Lázaro Cárdenas ha promulgado una ley según la cual "los dueños de fincas con más de cinco familias de indios a su servicio, tienen la obligación de proporcionarles medios de enseñanza, estableciendo una escuela y pagando de su peculio a un maestro rural". César, simplemente; improvisa a Ernesto, su sobrino bastardo, como maestro, atendiendo sólo a su conveniencia.
La declinación de los Argüello se anuncia cuando viajan a la finca familiar de Chactajal. Durante el trayecto, sufren incomodidades por el mal tiempo, algunos obstáculos en el camino suenan como avisos de tragedia, y la impertinencia de Ernesto al matar a un ciervo demuestra el poco respeto del blanco hacia las creencias ancestrales de los indígenas.
En la segunda parte de la novela, un narrador externo, ajeno a los personajes, describe a la sumisa población indígena, empujada al límite de sus fuerzas por la exigencia de sus amos, y la revancha que luego tornan, originada en ideas nuevas y extrañas para su espíritu, pero que finalmente inspiran la rebelión. Este narrador, en tercera persona, nos habla del eco del pasado mítico que con mayor o menor fuerza resuena siempre en toda la novela de Rosario Castellanos, del enfrentamiento de prejuicios, y de las consecuencias de la débil reforma política introducida en Chactajal. También nos cuenta la llegada de César Argüello y su familia a Chactajal para vigilar la molienda de la caña de azúcar y las yerras, actividad campesina que consiste en marcar con hierro al ganado.
Todo parece ir bien al principio de su arribo a aquel lugar de enormes contrastes, pero un día los indios dejan de trabajar porque el maestro improvisado no sabe enseñar y, ebrio, golpeó a uno de los niños.
Inmediatamente, César obliga a los indios a regresar al trabajo, pero poco después, el patrón, dominante y a la vez represor, cosechará lo que ha sembrado: violencia y odio. "El fuego anuncia su presencia con el alarido de la fiera salvaje [...] Las indias temblaban en el interior de los jacales. Arrodilladas imploraban perdón, clemencia. Porque alguien, uno de ellos, había invocado a las potencias del fuego y las potencias acudieron a la invocación." El incendio devasta la hacienda y Ernesto muere tal como había muerto el ciervo: de un balazo en la frente. A Matilde Argüello, ex amante de Ernesto, se la lleva el dzulum, oscuro dios del monte.
El patrón se siente inseguro ante los acontecimientos y se marcha a Tuxtla Gutiérrez para luchar ante el gobernador de Chiapas por la restitución de sus tierras.
La niña vuelve a tomar el hilo del relato y prosigue con la historia mientras busca a la nana que ha perdido.
El todopoderoso César Argüello deambula por Tuxtla sin conseguir que le hagan justicia. Las supersticiones y la ignorancia de Zoraida, quien permanecía en Comitán con sus hijos, desencadenan la tragedia final. El último de los Argüello, el niño Mario, muere y con él finaliza también la estirpe de los dueños de Chactajal.
Fue publicada en 1957 y es la primera novela de Rosario Castellanos. Balún Canán es producto de la sensibilidad e inteligencia de Rosario Castellanos. Escrita con hábiles recursos estilísticos propios de la narrativa moderna. En ella la autora pone también de manifiesto sus conocimientos de las creencias, mentalidad y lengua indígenas; en algunas expresiones y en ciertas imágenes míticas se perciben ecos del Popol-Vuh, libro sagrado de los mayas.
Esta importante novela nos muestra una realidad de México escasamente conocida: el choque de dos culturas, en el que la voluntad de dominio y el ansia de poder de los blancos originan una turbia mezcla de prejuicios, incomprensión y violencia.

EL MUNDO ES ANCHO Y AJENO

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Autor: Ciro Alegría, narrador; 1909-1967.
Otras obras: La serpiente de oro, Los perros hambrientos, Lázaro. etc. (novelas); La leyenda del nopal, Duelo de caballeros, La ofrenda de piedra, El sol de los jaguares, Siete cuentos quirománticos, etc. (cuentos).
Género y corriente: Novela indigenista.
Estructura: Está dividida en 24 capítulos.
Sinopsis: "Desgracia" es la primera palabra que aparece en la obra y es pronunciada por Rosendo Maquí —el anciano alcalde de la comunidad de Rumí, que no sólo es el símbolo de su raza, sino también de su tierra, del medio donde ha transcurrido toda su vida— mientras busca con desesperación una culebra que se ha atravesado en su camino presagiando, "como una negra flecha disparada por la fatalidad", el trágico destino del pueblo.
Así, la primera desgracia cae directamente sobre la vida del viejo Rosendo cuando su esposa Pascuala, quien en sueños había visto cómo su padre, muerto hacía muchos años, venía a buscarla, deja de existir.
Un nuevo indicio de fatalidad se hace presente cuando los terratenientes, encabezados por el hacendado Amenábar, pactan una alianza con el poder civil para apoderarse de las tierras de Ruini, el pequeño pueblo que constituye el núcleo de la novela y donde viven aproximadamente quinientos campesinos, propietarios en común de fértiles tierras, entre quienes siempre ha existido una convivencia armónica.
Las estaciones marcan el ritmo de su vida, se reverencia a la madre tierra; la siembra y la cosecha son motivo de ceremonias religiosas, se trabaja en forma colectiva y se comparten fiestas. La alegría preside cada jornada y los comuneros son felices hasta que la fuerza de los hacendados empieza a hostilizarlos.
Un día, Rosendo Maqui recibe la visita de Amenábar, quien le recuerda el conflicto de límites entre la hacienda de su propiedad y los terrenos comunales. Los habitantes de Rumi comienzan a organizarse y lo primero que hacen es recorrer a caballo el perímetro de sus posesiones, revisando los mojones que señalan los límites divisorios entre las tierras comunales y las de Amenábar, terrateniente de Umay. Luego, nombran una comitiva que se dirige a la capital de la provincia para entrevistarse con Bismarck Ruiz, un leguleyo que se ofrece para litigar los asuntos de los campesinos y representarlos ante las autoridades judiciales. Las primeras gestiones son favorables a los comuneros. Todos piensan que se les hará justicia y lo celebran con música y bailes en Rumi; solamente Nasha Suro, la bruja del pueblo, se manifiesta muy preocupada porque advierte negros presagios para la comunidad. Ella es dueña de fórmulas mágicas y recursos secretos que usa para tratar de neutralizar las artimañas del hacendado y los jueces; pero, a pesar de su enorme caudal de hechizos, sus propósitos fallan y, perdida su reputación de hechicera, un día desaparece de Rumi (algunos dicen que se convirtió en vaca).
Durante los días próximos al despojo, se une a los comuneros el Fiero Vásquez, un bandolero de cara repelente y picada de viruelas. Este personaje llega a conocer, y por lo tanto informa al alcalde Rosendo Maquí, las intrigas de Amenábar en relación con el juicio; pero "el rojo del horizonte al atardecer presagia sangre; y el vuelo del cóndor cruzando por el cielo, en el momento cuando los campesinos deliberan, despierta temor porque anuncia desgracia".
Las ofrendas y la magia propiciatoria de los indígenas fracasan y el despojo de las tierras de la comunidad es perpetrado por Amenábar, al amparo de la ley, mediante sucias maniobras. El terrateniente también recurre a las armas para imponer su voluntad. El gobierno teme su influencia, la Iglesia se conforma con pedir fe y resignación a los comuneros. Los indígenas no pueden sino aceptar el fallo de las autoridades y, para no ser víctimas de la esclavitud, muchos campesinos emigran. Unos se van a trabajar a las minas, otros parten como braceros a las plantaciones de coca y caucho, y los menos llegan a la ciudad, pero todos sufren grandes injusticias y diversos tipos de explotación. La mayoría de ellos se concentra en Yanañahui, lugar de clima inhóspito, tierras pobres, montañosas y llenas de pedregales.
Rosendo Maqui es encarcelado por oponerse al despojo, junto con el Fiero Vásquez, quien se había identificado con la causa de Rumi, hasta el punto de atacar con sus hombres la hacienda de Amenábar, el todopoderoso de Umay.
En la cárcel, el Fiero trata de convencer al viejo Rosendo para fugarse juntos de la prisión. El viejo indio no acepta y al poco tiempo muere a consecuencia de los golpes que le propinan los carceleros. En cuanto al Fiero Vásquez, tiene un final misterioso y solitario.
Un narrador omnimisciente nos muestra la vida de los despojados, quienes ahora habitan en las alturas de Yanañahui, y nos relata el regreso de Benito Castro, un exiliado que había ido a trabajar a la costa, donde aprendió lo que son las huelgas y los derechos del hombre.
A la llegada de Benito, el nuevo alcalde indígena le cuenta todo lo relacionado con la lucha de los campesinos de Rumi por defender sus posesiones, lucha que aún no termina; además, le informa de las nuevas amenazas de Amenábar, que ahora pretende despojarlos también de las tierras de Yanañahui.
Se entabla un nuevo juicio y esta vez la Suprema Corte falla a favor de la comunidad. Las esperanzas renacen y los indígenas creen poder alcanzar el antiguo bienestar que tenían en Rumi.
Pero los poderosos hacendados presentan una apelación y la Suprema Corte de justicia da la razón al terrateniente, en contra de la comunidad. La cólera indígena estalla violentamente. La asamblea de campesinos acuerda resistir. Benito Castro instiga a sus compañeros a que se levanten en armas.
Mientras tanto, en Umay se concentran caporales y guardias civiles para atacar Yanañahui. Al, amanecer, hombres a caballo empiezan a subir por la falda del Rumi. La represión es brutal. Se escucha el estruendo de la fusilería y los campesinos comienzan a caer. La sangre de los indígenas moja su propia tierra, injustamente arrebatada por el poder de las armas.
A pesar de ciertos ribetes populistas, uno de los mayores méritos de esta novela es ser una de las primeras obras narrativas latinoamericanas en la que el mundo indígena se describe en su realidad, por encima de complacencias folklóricas o estilizantes.
Su estructura es lineal y, no obstante que aparecen muchas historias, cuentos y leyendas incidentales, como la vida del Fiero Vásquez, las peripecias de Benito Castro durante su exilio, el cuento del zorro y el conejo, y otros más que cortan o interrumpen momentáneamente la secuencia de la narración para aclarar o enriquecer nuevos detalles, finalmente todas las historias se integran al núcleo central de la novela.
Escrita en 1941, nos presenta a lo largo del relato un desfile de personajes muy bien caracterizados, fiestas tradicionales indígenas, temores, ritos y creencias ancestrales, paisajes llenos de belleza y significado, diálogos realistas. Todo ello y la admirable fuerza expresiva de la obra se han impuesto desde su publicación en 1941.

martes, febrero 08, 2011

EL GUARDAGUJAS

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Autor: Juan José Arreola, narrador y autor teatral; n. 1918.

Otras obras: Varia invención, Confabulario, Bestiario, Inventario, Confabulario total Palíndroma,
Confabulario antológico, Confabulario personal (narrativas); La feria, La hora de todos, Tercera llamada (teatro).

Género y corriente: Cuento fantástico.

Estructura: No presenta divisiones.

Sinopsis: "El forastero llegó sin aliento a la estación desierta", así empieza el cuento y, con esta introducción breve y precisa, el autor nos hace imaginar una acción real en el tiempo y en el espacio. Luego, en una sucesión de frases similares, nos describe la fatiga, el desánimo y la angustia del forastero. A esa hora exacta el tren debía partir... pero allí nadie había. De pronto "alguien, salido de quién sabe dónde", le da una palmada muy suave; ese alguien es "un viejecillo de vago aspecto ferrocarrilero", todo él indeterminado, irreal, quizá también con alguna pequeña dosis de locura.
Cuando el desconocido llama la atención del viajero, éste le pregunta con ansiedad si ya ha pasado el tren. El viejecillo le responde con otra pregunta: "¿Lleva usted poco tiempo en este país?"
Este diálogo inicial es la clave para entrar en la anécdota que Arreola desarrolla.
El viejecillo guía al forastero por situaciones y lugares que bien podrían ser aspectos de la realidad. Le dice que no desespere porque la empresa ha hecho maravillas en cuanto se refiere a la publicación de itinerarios; además, ya las vías ferroviarias enlazan hasta los pueblos más remotos y se pueden adquirir boletos para ir a cualquier parte, sólo falta que los trenes pasen efectivamente por las estaciones y sean puntuales.
Solícito, le platica cómo, en cierta ocasión, ante un abismo donde la empresa se había olvidado de construir un puente, los pasajeros desarmaron el tren pieza por pieza y llevaron cada una de las partes al otro lado. Es decir, el forastero debe templar su ánimo, tener paciencia, inclusive, puede llegar a convertirse en un héroe, aunque también puede morir en un viaje interminable; pero eso no importa, porque hay vagones a modo de capillas ardientes y también vagones cementerios. Con un poco de suerte, quizás arribe mañana mismo a su destino. Se sabe de algunos pasajeros que han llegado sin darse cuenta.
Algunos trenes ruedan sobre vías apenas señaladas con gis. Por otra parte, el informante indica con vehemencia que no existe ningún drama cuando en ocasiones se abandona a los pasajeros en falsas estaciones perdidas en la selva; todo tiene solución, porque los hombres han aprendido ahí nuevas formas de existencia y fundado poblaciones en esos lugares salvajes.
La vida, durante los largos trayectos, sufre transformaciones; de la sencilla charla en los vagones surgen amistades perdurables e incluso grandes idilios. Y esta lógica tan contundente convierte el sentido común, por supuesto, en una cáscara vacía.
El cuento se acerca a su fin cuando se oye el silbido de un tren verdadero. El viejo guardagujas interrumpe su plática y se pone a hacer señales ridículas y desordenadas con una linterna, al tiempo que echa a correr desaforadamente por la vía. Cuando está a cierta distancia, se vuelve para gritar. “!Tiene usted suerte! Mañana llegará a su famosa estación. ¿Cómo dice usted que se llama?" Luego, el viejecillo se disuelve en la clara mañana. "Pero el punto rojo de la linterna siguió corriendo y saltando entre los rieles, imprudentemente, al encuentro del tren. Al fondo del paisaje, la locomotora se acercaba como un ruidoso advenimiento."
Este cuento apareció inicialmente en el primer Confabulario del autor publicado en 1952. Allí se mezclan fantasía y realidad, una especie de desafío a lo real, donde lo cotidiano está tocado por lo absurdo. Asimismo, la narración es también una alegoría, puesto que encierra un marcado simbolismo; en este caso, pesimista y dolorosamente real.
La misteriosa y solitaria estación, el tren, las vías, los distintos destinos, el forastero obsesionado por llegara determinada ciudad, etc., representan la vida y sus extraños designios, a los que el hombre debe enfrentarse y ante los cuales se siente sobrecogido por sentimientos de soledad, desaliento, inseguridad, conformismo, ironía y desconcierto.
El autor pinta el drama de la vida en este relato notable por su concepción y técnica literaria. La ficción invade la realidad, y ésta a aquélla, a través de situaciones y simbolismos altamente significativos.
Escrito en un estilo que condensa y abrevia lo esencial, con un lenguaje pulido y trabajado para obtener la sobriedad y concisión deseada, la trama y unidad de la narración son irreprochables. Es ejemplo de un universo lleno de fantasía profunda y sugerente.

PEDRO PÁRAMO

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Autor: Juan Rulfo, narrador; 1918-1986. Premio Nacional de literatura 1970.

Otra obra: El llano en llamas (cuento).

Género y corriente: Novela del realismo mágico.

Estructura: No presenta divisiones.

Sinopsis: En un tiempo indefinido, Pedro Páramo, desalmado explotador de campesinos, mujeriego y seductor, heredó la hacienda La Media Luna, cuando su padre don Lucas fue asesinado por un peón. Esta propiedad se encuentra en Comala, pueblo ficticio del estado de Jalisco.
Pedro crece lleno de odio y como un jovenzuelo calavera, ambicioso, violador de cuanta mujer le interesaba, por lujuria o conveniencia, y el pueblo comienza a temerle hasta que, movido por el odio que lo corroe, Páramo hace de la hacienda el centro de su violencia.
Soborna a las autoridades, expulsa a sus vecinos para quedarse con sus tierras, cometiendo toda clase de arbitrariedades y atropellos, tal como sucede con Toribio Aldrete, quien al reclamar sus derechos es ahorcado por órdenes del cacique.
Las principales deudas que el padre tenía al morir eran con las dos hermanas Preciado y, para saldarlas, Pedro se casa con Dolores, una de ellas, futura madre de Juan Preciado. Personaje que inicia la novela.
Como esta unión por conveniencia no funciona como matrimonio, sirve para que Pedro Páramo, ayudado por el capataz Fulgor Sedano, hombre sin principios, ladino, cobarde, pero fiel cumplidor de la voluntad de su amo, consiga su propósito de anexar a sus tierras las de las hermanas Preciado.
Dolores, decepcionada del canalla, poco después huye para siempre y busca refugio junto a su hermana.
La Media Luna prospera con rapidez. Un día llegan voces de violencia: la revolución, Pancho Villa, los cristeros, etc. Más Pedro sabe su negocio. Arribista y convenenciero, se pone de parte de la revolución. Mete espías en las líneas gobiernistas para que lo tengan informado y él saquea la comarca so pretexto de ayudar al ejército rebelde. Todo esto favorece al dueño de La Media Luna; la vida allí sólo es jolgorio, abundancia y desenfreno.
Pero un día todo llega a su fin. Muere Miguel, el hijo predilecto de Pedro, igual de canalla que el padre, y desde entonces comienza a derrumbarse el imperio de La Media Luna. El ánimo del despiadado cacique empieza a decaer; sólo lo sostiene la obsesión del amor por Susana San Juan, con quien retozaba cuando eran niños y caminaban junto al río. Pero también este sueño se le derrumba. Para conseguir a Susana, quien había enviudado, Pedro hace desaparecer al padre de su amada.
Luego de una larga espera, inútiles esfuerzos por conquistarla y muchas vicisitudes, Páramo finalmente logra unirse a Susana San Juan. Pero ya es tarde, ella ha enloquecido. Además, los delirios de Susana se refieren siempre a relaciones pasionales con su difunto esposo Florencio, de quien no sabemos si realmente existió o es producto de su imaginación; por lo que, sea como fuere, sentimentalmente nunca es de Pedro. Y así muere. Cuando la entierran, Pedro, aturdido, manda que todas las campanas doblen a muerto. Pero ese día el pueblo está de fiesta y las campanas repican festivas y alegres. Pedro Páramo jura vengarse. "Me cruzaré de brazos y Comala se morirá de hambre. Y así lo hizo". Después incendia todo, descuida sus tierras y pasa el resto de su vida con la mirada perdida en el camino por donde un día se llevaron a Susana rumbo al cementerio.
Sin trabajo en La Media Luna todo se acaba y la gente se marcha. Años después de haberse "cruzado de brazos", Pedro muere a manos de Abundio el arriero, otro de sus tantos hijos desperdigados por el pueblo, quien le clava un cuchillo. "Pedro dio un golpe seco contra la tierra y se fue desmoronando como si fuera un montón de piedras". Sin Pedro Páramo, el pueblo decae. La guerra de los cristeros le da el golpe de gracia. Su venganza, por lo tanto, se cumple. Comala finalmente muere.
Algún tiempo después, Juan Preciado llega a Comala en busca de su padre, cumpliendo una promesa hecha a su madre, Dolores Preciado, fallecida una semana antes. En ese momento comienza la novela. Juan encuentra un pueblo muerto, fantasmal, poblado de murmullos, ecos, sombras de almas en pena; una región desierta, solitaria, sin viento y sin aire, sin rastros de vida, nada de aquel pueblo idílico descrito por su madre. Y allí, entre los horrores de su desconcierto, un día lo encuentran muerto en la calle. Juan Preciado muere de espanto, ahogado por los murmullos, por las voces de los muertos, por el miedo; y luego de muerto, narra su historia a Dorotea, con quien comparte la tumba, relato que alterna con las palabras y recuerdos de otros muertos y que el lector debe ir reconstruyendo retrospectivamente para hacerlo visible poco a poco.
Publicada en 1955, es ésta una novela difícil y extraña, que a la primera lectura produce desconcierto en el lector. Juan Rulfo recrea en ella un mundo fantasmal de soledad, rumores y murmullos que, a la postre, es lo único que queda de Comala.
La técnica narrativa empleada por el autor crea un ámbito brumoso y caótico, donde pasado y presente se confunden, los personajes se mueven en un tiempo sin tiempo, los hechos se ofrecen en forma invertebrada, y al lector corresponde ir armando cronológicamente la historia.
La obra presenta una complicada técnica de novelar con elementos de las grandes corrientes literarias de la época y dentro de una estructura desordenada en apariencia. Hay una alteración de la secuencia narrativa, múltiples perspectivas, flujo de la conciencia, acciones simultáneas o retrospectivas, entrecruzamiento de varios planos, etc. Además, mezcla lo real con lo fantástico y alucinante, creando un ámbito onírico fantasmal; con todo ello, Rulfo logra la unidad imprescindible de una trama con vigor poco común al tiempo que con una gran poesía, dando así una de las más notables novelas latinoamericanas del siglo XX.
Pedro Páramo, traducida a varios idiomas, ha proyectado internacionalmente a su autor.

viernes, febrero 04, 2011

LA SOMBRA DEL CAUDILLO

      
Autor: Martín Luis Guzmán, periodista, narrador y ensayista; 1887-1976.

Otras obras: El águila y la serpiente, Las memorias de Pancho Villa, Islas Marías (novelas); ensayos; poemas, y artículos críticos y políticos.

Género y corriente: Novela de la revolución mexicana.

Estructura: Está dividida en seis libros con un total de 29 capítulos.

Sinopsis: Durante el gobierno del caudillo, el ministro de Guerra,  general Ignacio Aguirre, recibe la propuesta de varios jóvenes políticos para que acepte la candidatura a la presidencia, en oposición   al general Hilario Jiménez, ministro de Gobernación y favorito del caudillo. Aguirre rechaza el ofrecimiento por temor a enemistarse con el presidente; luego se sincera con él y le asegura su lealtad; pero aquél no le cree y lo rechaza con frialdad.
Al mismo tiempo, suceden varios episodios de corrupción en la Cámara de Diputados; de altercados en una convención campesina en Toluca, donde se decidirá a cuál candidato apoyar; de acusaciones recíprocas de traición, riñas a balazos y fugas; de secuestros y torturas.
El caudillo niega categóricamente toda acusación contra Jiménez y sugiere a Aguirre la idea de la renuncia. Éste dimite y acepta la candidatura. A partir de este momento, la lucha por la presidencia se desarrolla con ferocidad.
Ambas Cámaras apoyan decididamente a Aguirre con un ochenta por ciento de sus miembros. La impopularidad del candidato del caudillo se hace evidente; además, también el pueblo se inclina por Aguirre, a quien aprecia por su gran valor para enfrentarse al presidente, por sus dotes personales y por contar con amistades leales y honestas.
El caudillo ataca violentamente al que había sido su ministro de Guerra y lo acusa de incontables delitos, pero los diputados defienden a su candidato revelando verdades terribles y descubriendo los innumerables crímenes del presidente y de Hilario Jiménez.
En el Congreso se organizan batallas entre las facciones; unos y otros matan y mueren. Aguirre asegura su ascenso y el caudillo ve perdida la posibilidad legal de mantener su poder. Es el momento de tomar grandes decisiones. Así, el general Protasio Leyva maquina la manera de acabar con los jefes aguirristas que mandan en el Congreso. Se organiza una confabulación militar para asesinar a Olivier, importante partidario de Aguirre, pero el atentado fracasa. Se planea un nuevo atentado, pero Aguirre recibe un aviso oportuno, por lo que él y sus líderes pueden salir de la ciudad y refugiarse en Toluca. Pero el caudillo ordena la captura de Aguirre y sus allegados políticos, quienes son detenidos y se les aplica la ley fuga. Todos mueren, solamente Axkaná González, diputado y líder aguirrista, malherido, logra sobrevivir para dar testimonio de la matanza.
La acción de esta obra refleja la cruenta etapa política mexicana que va de 1920 a 1928, presentándonos los acontecimientos y el ambiente político de dos sucesiones presidenciales que se bañaron en sangre: la de 1924 y la de 1928.
El caudillo es el general Álvaro Obregón, quien derrocó a Carranza en 1920 y antecedió a Plutarco Elías Calles, presidente de 1924 a 1928. Al término de este último periodo, Obregón había quedado como candidato único, pues todos los demás, así como algunos de sus seguidores, habían sido eliminados y fue reelecto para el periodo 1928-1932. Pero poco antes de tomar posesión de su cargo, Obregón fue asesinado. Desapareció así el último caudillo y, luego de su muerte, México comenzó a entrar en la verdadera vía institucional.
La sombra del caudillo tiene una estructura sencilla y lineal, con acción fluida que conserva el interés del lector, y un estilo pulido, sobrio y conciso, cuyo análisis metódico inclina a reflexionar sobre los problemas mexicanos de aquella época.
Si Mariano Azuela describe en Los de abajo la revolución desde el punto de vista del campesino guerrillero e ignorante, Martín Luis Guzmán trabaja aquí con “los de arriba", con los jerarcas, los jefes, los presidentes, los caudillos.
La profundidad analítica en los acontecimientos que presenta convierte esta novela en una excelente muestra de relato histórico.

EL GESTICULADOR

                          
Autor: Rodolfo Usigli, dramaturgo; 1905-1979.

Otras obras: El niño y la niebla, La familia cena en casa, Corona de Sombras, Jano es una muchacha, Corona de fuego, Corona de luz, etc. (teatro); poemas; ensayos literarios y una novela.

Género y corriente: Tragedia moderna.

Estructura: Está dividida en tres actos.

Sinopsis: César Rubio, profesor universitario de historia, junto con su familia regresa a su pueblo natal luego de haber perdido el empleo en la capital.
Sus hijos Miguel y Julia le reprochan su fracaso y que, a causa de ello, deban ahora enterrarse en ese pueblo oscuro y desierto.
César no oculta su desánimo; pero, impulsado por cierto orgullo intelectual, espera "encontrar un acomodo" entre sus amigos políticos que participarán en las próximas elecciones.
La oportunidad no se hace esperar y ésta llega en la persona del profesor Oliver Bolton, un norteamericano también historiador.
César Rubio pone en juego con astucia sus conocimientos y aprovecha el hecho de ser homónimo de un caudillo de la revolución mexicana —misteriosamente asesinado muchos años atrás— para confundir y sorprender al "gringo", interesado en la historia de México. Para ello, César Rubio desmiente la muerte del revolucionario y se hace pasar por él. Bolton exige pruebas de tal aseveración, mismas que le son entregadas a cambio de una remuneración. Con las pruebas en la mano, Bolton saca entonces en conclusión, manipulado sutilmente por el profesor, que ha descubierto cómo el general César Rubio, precursor de la revolución, no está muerto sino vivo y oculto en un pueblo semidesértico del norte de México y es quien, por una feliz coincidencia, en estos momentos está frente a él.
El "descubrimiento" de Bolton causa alboroto y desasosiego entre los políticos, representados en esta "pieza para demagogas" por un presidente municipal, un delegado y orador del partido, tres diputados locales y el turbio general Navarro. Todos ellos acuden a casa del recién descubierto "general Rubio", unos con buenos propósitos, otros con incredulidad, perola mayoría con intrigas y por conveniencia. Las respuestas ambiguas de César Rubio los persuaden de haber recuperado al legendario ídolo y le ofrecen la candidatura al gobierno del estado. A partir de este momento, el protagonista empieza a vivir una "crisis de doble personalidad", un dualismo que oscila entre su individualidad de pobre profesor fracasado y la de un héroe popular.
La angustia de Elena, su esposa, los sentimientos amorosos de Julia y la confusión de Miguel, que no alcanza a comprender la conducta de su padre, fuerzan la situación, la cual llega al clímax cuando César Rubio se identifica plenamente con la personalidad, los ideales y la gloria del héroe, también asumidos ya por todo el pueblo.
El sencillo profesor de historia ya no existe. "La fiebre de la ambición, la lucha contra el miedo, han dado a su rostro una nobleza y a su mirada una limpidez, una seguridad casi increíble." Así, el oscuro César Rubio se ha convertido en "el candidato del pueblo" e inicia su trabajo político con esperanzas desbordantes.
Se acercan las elecciones. César Rubio significa el entusiasmo y el cambio que el país necesita; pero también representa un peligro para los contrarios, temerosos de que el nuevo "gesticulador" los aventaje y domine, triunfando sobre ellos, eternos gesticuladores.
Al final se entabla y culmina la lucha política que ya había sido esbozada con la primera aparición de Navarro. Las intenciones de este turbio personaje se adivinan claramente en la entrevista previa a las elecciones que sostiene con César Rubio. Propone toda clase de arreglos, concesiones y componendas, pero finalmente deja caer la amenaza: "Tú solo te has sentenciado, general Rubio."
Asesinan a César Rubio antes de las elecciones e, irónicamente, quien le da muerte es Navarro, el mismo que en su oportunidad eliminó al verdadero general César Rubio. Navarro ha acabado dos veces con el general Rubio, pero su segundo crimen concede la gloria y la idealización heroica al oscuro profesor César Rubio, con lo que, finalmente, triunfa su impostura.
Fue escrita en 1938, publicada en 1943 y puesta en escena durante 1947.
Esta obra alcanza un extraordinario poder de sugestión y de dramatismo, porque no sólo muestra la pintura de una situación política sino, además, la angustia íntima de un padre, el sentimiento de lealtad de la esposa, quien no se atreve a revelar el engaño; las vivencias de la hija ávida de afectos, orgullosa de su padre cuando en él se opera la metamorfosis; los celos inconscientes del hijo, que contradictoriamente quiere alejarse, pero también desea ser absorbido del todo por una supuesta verdad que se opone a la verdad de su padre, a la verdad de Elena —su madre— y al fraude de la farsa política. Por eso, Miguel grita las palabras finales de la obra: "¡La verdad!", y abandona la casa huyendo de la sombra de César Rubio.
La puesta en escena de esta tragedia dio lugar a encendidas polémicas debido a su alto contenido político; pero dejando de lado este aspecto, El gesticulador se distingue por su tensión dramática Y el uso notable del lenguaje teatral, cualidades que la han convertido en una de las obras más celebradas y representativas del autor.

DIOS EN LA TIERRA

Autor: José Revueltas, escritor, narrador y guionista de cine; 1914-1976.

Otras obras: Los muros de agita, El luto humano, Los días terrenales (cuentos); Israel (teatro); Dormir en tierra (novela); La otra, El apando (guiones cinematográficos).

Género y corriente: Cuento realista moderno. Estructura: No presenta divisiones.

Sinopsis: En un apartado pueblecito, la gente se encierra en su odio recalcitrante negándose a escuchar razones y menos a intentar el diálogo con cualquier enviado gobiernista. Su obstinación es total: antes la muerte que transigir. Ninguna ayuda darán a las autoridades, a las tropas ni a los moderados, sintiéndose convencidos de estar acatando los deseos de Dios, transformado por ellos, en su cerrazón e ignorancia, en una divinidad implacable, aterradora y sorda a la misericordia.
Los soldados míseros, inexpertos e ignorantes, tienen la difícil tarea de perseguir a los fanáticos cuyo odio ubicuo se hace presente a cada instante. En cuanto llegan a cualquier población, las puertas se les cierran, nadie les da o vende alimentos ni les proporciona agua; asimismo, ninguno les dirige la palabra y los más audaces se atreven a disparar sus carabinas contra aquellas cansadas tropas que cuando claman por comida reciben por toda respuesta el "grito como un aullido de lobo perseguido, de fiera rabiosamente triste: ¡Viva Cristo Rey!"
Los oficiales ordenan proseguir la marcha a través de campos quemados intencionalmente para que el ejército federal no encuentre descanso, ni abrigo, ni aliento ni semilla".
Ni agua quieren dar los rencorosos pobladores a esos soldados sedientos, porque, según la gente, eran enemigos de Dios.
Cuando entren al pueblo, sus habitantes se encerrarán en las casas, sin dar la cara. La sed tortura a la tropa, cuyo jefe, el teniente Medina, obtiene la promesa del maestro del pueblo para darles de beber. Aquel confía en que la cumplirá y lleva a sus hombres hasta un aguaje.
En efecto, el maestro los conduce al agua; pero al grito de "¡Viva Cristo Rey!, el pueblo en masa, enfurecido y profiriendo alaridos, se apodera del maestro, lo rodea aturdiéndolo con maldiciones, llamándolo traidor porque dio agua a los "federales". Aquella masa informe, poseída de odio, empala al desdichado maestro y lo deja convertido en un trágico espantapájaros balanceándose al viento "que ya corría llevando la voz profunda, ciclópea, de Dios, que había pasado por la Tierra".
Este relato, publicado en 1944, pertenece al volumen de cuentos al cual da título; se refiere a uno de los muchos episodios crueles acaecidos durante la llamada "rebelión cristera", cuando el gobierno del presidente Calles se propuso circunscribir la influencia de la Iglesia católica a los estrictos límites previstos por la Constitución de 1917, y se topó con la resistencia de un importante sector de la sociedad mexicana, principalmente en el Bajío.
Mientras la jerarquía eclesiástica solicitaba moderación a los feligreses y buscaba vías para solucionar el conflicto, no faltaron voces interesadas que atizaron el fanatismo popular e incitaron a la rebeldía contra el gobierno. De ahí surgió la lucha armada.
Como todas las obras de Revueltas, este cuento es una denuncia de la condición humana, cuya crueldad hacia sus semejantes no conoce límites y para la cual encuentra toda clase de justificaciones y disfraces.
Los verdaderos protagonistas de esta tragedia son el odio fanático, la intolerancia y la maldad, llevados hasta sus últimas consecuencias, a los que se les da rienda suelta en el relato enmascarándolos con el ropaje de la religión, y precisamente de una que postula la mansedumbre y el amor al prójimo.
Revueltas, hombre íntegro, radical, pone en evidencia semejante contradicción por medio de este relato de desarrollo lineal, lenguaje vigoroso y de terrible intensidad.
La palabra "odio", reiterada a cada paso, le permite transmitir al lector toda la carga de crueldad e incomprensión que domina en el relato, motivada por la ignorancia de la gente.
Dios en la Tierra figura, con sobrada razón, entre los mejores cuentos escritos en lengua española, tanto por el estilo expresivo, parco y eficaz de Revueltas, como por su mensaje siempre vigente.

EL DIOSERO

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Autor: Francisco Rojas González, cuentista, Premio Nacional de literatura 1944; 1904-1951.

Otras obras: Historia de un frac, Y otros cuentos, El pajareados, Sed, Chirría y la, celda 18, La negra Angustias, Cuentos de ayer y de hoy, Lola Casanova (cuentos); numerosos artículos de crítica literaria, y estudios antropológicos.

Género y corriente: Cuentos indigenistas. Estructura: Está compuesto por 13 relatos.

Sinopsis: Pese a que todos los cuentos de El diosero están dentro de la línea indigenista, es decir, son relato o pintura de ritos, creencias, formas de vida de ciertas comunidades, y de la psicología y comportamiento peculiarmente indígenas, pocos son los que se quedan en lo pintoresco; son más los que trascienden ese aspecto menos profundo.
Dada su variedad temática, podemos clasificarlos en: 1. Cuentos de personaje: "La parábola del joven tuerto" y "El diosero"; 2. Cuentos de situación: "Las vacas de Quiviquinta", "El cenzontle y la vereda", "Nuestra Señora de Nequetejé", "La cabra en dos patas", "Los diez responsos", "La plaza de Xoxocotla", y 3. Cuentos de costumbres: "La Tona", "Los novios", "Hículi hualula", "La venganza de Carlos Mango", "La triste historia del pascola Cenobio".

Nos apoyaremos en esta división para comentar los más representativos de cada grupo:

1. Cuentos de personaje. El más impactante es "El diosero", cuento que da nombre al volumen completo y literariamente uno de los mejores de éste.
El protagonista es Kai-Lan, "señor del caribal de Puná", gran sacerdote y cacique de los lacandones, personaje cuya misión y poder consiste en moldear "deidades doblegadoras de las pasiones, moderadoras de los fenómenos naturales que en la selva se desencadenan con furia diabólica, domadoras de bestias, amparo contra serpientes y sabandijas y resguardo opuesto a los hombres malos del más allá de los bosques". .
Un día se desencadena una terrible tormenta en plena selva lacandona. Kai-Lan fabrica un dios especial, pero éste es impotente para domeñarla. El agua todo lo invade y la tormenta sigue. El diosero, iracundo, rompe la obra de sus manos. Entonces elabora otro, un cuadrúpedo fabuloso con airosa cola de quetzal. Éste sí es poderoso y la tormenta cede.
El diosero lleno de orgullo, sale del templo y lanza alaridos de júbilo. "No hay en toda la selva uno como Kai-Lan para hacer dioses... Mató a la tormenta", dice el propio sacerdote.
El cuento termina con una visión poética, pues "prendido a la copa de un ramón, el arco iris esplende."
Pertenece también a este grupo, aunque con características más terrenas y con una indeleble carga de dolor, tristeza y ternura, "La parábola del joven tuerto`*.
Este relato, está lleno de ironía y de humor negro. Como su hijo está tuerto y todos se burlan de él, la madre pide a la virgen de San Juan de los Lagos un milagro para que la gente se apiade o el pequeño se componga. Así las cosas, cuando en el atrio del santuario madre e hijo preparan su retorno al pueblo, un fuego artificial estalla en la cara del niño y le revienta el ojo sano. La madre agradece a la Virgen el milagro porque su crío ya no será objeto de burlas por estar tuerto: ahora es ciego.

2. Cuentos de situación. La ignorancia y el atraso de los indios chinantecos de Oaxaca se ponen de manifiesto en el cuento de este grupo "El cenzontle y la vereda" Irónico a la par que doloroso testimonio, relata un incidente con unos indios a quienes se obsequiaron ciertas píldoras para combatir el paludismo, y ellos, en vez de ingerirlas, sólo habían atinado a ponérselas a modo de "collar de comprimidos de quinina, bermejos y brillantes" para que el mal no se les acerque, en la creencia de que éste "le tiene miedo al sartal de piedras milagrosas". También en esta clasificación tienen gran calidad "Las vacas de Quiviquinta" y "La cabra en dos patas".

3. Cuentos de costumbres. El relato "La Tona" pertenece a este grupo. Se describe en él la forma ruda, primitiva y casi inhumana, cómo Crisanta, una indiecita muy joven, se dispone ella sola y luego ayudada por la vieja comadrona del lugar, a dar a luz.
La acción sucede en Tapijulapa, "el pueblo de indios pastores", y gracias a la intervención de un medico se resuelve con final feliz.
En este relato se nota el tono levemente burlón del autor. Otro cuento que destaca es "Los novios", simple desarrollo de una relación amorosa y las vagas inquietudes del muchacho, descendiente de alfareros de Bachajón, por estar ya en edad de "querer tuna", como dice su padre; su vergüenza al ser descubiertos sus deseos, el conocimiento de "ella", el ceremonial de petición de mano; luego, el rito del matrimonio y, finalmente, la ida de ambos por el vallado donde "él toma entre sus dedos el regordete meñique de ella, mientras escuchan, bobos, el trino de un jilguero".
Publicado en 1952, Rojas González no hace demagogia ni folklore con el problema indígena mexicano, sino que es el producto literario de su convivencia con el indio en sus propias comunidades, única forma de conocer e interiorizarse en sus costumbres, conflictos, necesidades y creencias, los cuales el autor recrea con arte.
Es evidente el interés real, auténtico, que el indio despierta en el autor, quien lo trata con cariño, respeto y profundidad, describiendo sus pasiones, defectos y miserias, ahondando en su angustia y compleja psicología.
De estilo cuidado y sencillo en sus poéticas descripciones llenas de elementos significativos, desenlaces muy bien logrados y gran efecto plástico, el saldo final que deja El diosero es el de una  colección de verdaderas recreaciones literarias.

LOS DE ABAJO


Autor: Mariano Azuela, novelista; 1873-1952. 

Otras obras: Los fracasados, Mala yerba, Sin amor, La luciérnaga, El camarada Pantoja, Regina Landa, Avanzada, Nueva burguesía, La marchanta, Sendas perdidas, Las tribulaciones de una familia decente, La mujer domada, La maldición, Esa sangre (novelas); Andrés Pérez, maderista, Los caciques, La malhora, El desquite (relatos cortos); tres obras de teatro; cuatro biografías, etcétera.

Género y corriente: Novela de la revolución mexicana.

Estructura: Está dividida en tres partes, con 21, 14 y 7 capítulos, respectivamente.

Sinopsis: El campesino rebelde Demetrio Macías se encuentra en su rancho El Limón con su mujer y su hijo cuando los federales llegan a buscarlo y se oculta.
Luego de matar al perro, los soldados entran y, al encontrar sola a la mujer, el oficial intenta violarla. Demetrio aparece rifle en mano, insolente y despreciativo. Los federales, asustados, se alejan del lugar.
Por temor a futuras represalias, Demetrio manda a su mujer, con el niño en brazos, a casa de sus padres, en tanto que él se encamina a las montañas en busca de sus correligionarios. Poco después el rancho arde en llamas.
Demetrio Macías es elegido jefe de los rebeldes. En la primera batalla contra un destacamento gobiernista, los alzados derrotan a los federales y éstos huyen despavoridos, pero en la refriega hieren a Demetrio. Sus compañeros lo conducen a un miserable pueblecito cercano, donde son recibidos con gran hospitalidad. Al día siguiente, hacen prisionero a un estudiante de medicina, Luis Cervantes, desertor del bando federal que quiere incorporarse a la causa revolucionaria. Primero lo encierran, pero depuestas sus sospechas, lo dejan en libertad.
Habiendo sido herido por los hombres de Macías cuando lo prendieron, el propio Cervantes se cura y más tarde también atiende a Demetrio. Así, poco a poco, va cambiando la situación del estudiante y los hombres lo aceptan como a uno más de los suyos.
Días después, los revolucionarios parten hacia Zacatecas, para unirse a las fuerzas del general Pánfilo Natera. Durante el trayecto, en un pueblo se encuentran con tropas federales y las atacan. El asalto comienza. La descripción de la batalla es muy cruda. La brutalidad y la fiereza caracterizan a los hombres de Demetrio, que se dedican al pillaje luego de la victoria.
Posteriormente, en Fresnillo se unen a la gente de Pánfilo Natera, quien hace coronel a Demetrio. Llegan a Zacatecas y el primer asalto fracasa, pero luego derrotan a los federales y toman la ciudad.
Corre el año 1914. Demetrio Macías ya es general. Los revolucionarios han alcanzado gran poderío y cometen toda clase de atropellos, destruyendo cuanto encuentran a su paso. También está en ello Luis Cervantes, quien se ocupa de robar las joyas de las familias ricas que han huido ante la embestida revolucionaria.
En un lupanar, Demetrio conoce a la Pintada, y la hace su amante. La tropa rebelde toma rumbo a Moyahua, la tierra de Demetrio Macías. En los pueblos que atraviesan exigen aguardiente, dinero y armas; además, saquean e incendian las mansiones de los ricos.
Un correo urgente ordena la salida de la tropa rebelde hacia Jalisco. Camila, una joven de buenos sentimientos que Luis Cervantes trae al lado de Demetrio para ganarse la voluntad de éste, va tomando ascendiente sobre el caudillo y lo inclina a ser más considerado y compasivo con los prisioneros.
Mientras, la brigada aumenta día a día.
Ahora deben trasladarse a la ciudad de Aguascalientes, donde se celebrará una reunión de jefes revolucionarios. Mientras, hay un altercado y la Pintada mata a Camila. Demetrio, entonces, echa de su lado a la celosa y criminal soldadera.
En la Convención de Aguascalientes no se llega a ningún acuerdo. Macías, aunque no entiende nada de cuanto sucede, promete a Natera seguir con él y luchar a favor de Francisco Villa en contra de Venustiano Carranza, quien ha sido desconocido por dicha Convención.
Pasado un tiempo, la brigada de Demetrio Macías comienza a desintegrarse. Villa sufre la derrota de Celaya y Carranza va ganando terreno. La situación es crítica. Ya nadie sabe de qué lado está la verdad de la revolución. Las continuas luchas y saqueos han dejado tristeza y desolación. Luego de casi dos años de ausencia, Demetrio vuelve a ver a su mujer y a su hijo. El encuentro es sumamente breve. Después, Demetrio regresa a la sierra, donde él y su gente entablarán varias batallas contra los federales. En la última, los fieles compañeros de Macías van cayendo uno a uno. Demetrio queda solo, pero sigue luchando, sin errar un tiro. De pronto se disipa el humo de los fusiles: Demetrio Macías sigue apuntando al enemigo, pero esta vez con los Ojos fijos para siempre.
Los de abajo, aparecida por primera vez en 1916, se considera iniciadora del ciclo de la novela de la revolución mexicana, movimiento armado que comenzó en 1910.
El valor de este relato del gran novelista Mariano Azuela radica en su veracidad histórica, el estilo y lenguaje realista —a manera de amplias y eficientes pinceladas— y la observación que despliega, la sugerencia de sus imágenes y descripciones, el dibujo de costumbres y, sobre todo, la verdad psicológica de sus personajes y la evolución del proceso revolucionario que describe, que va desde la pujanza y entusiasmo iniciales, hasta la duda, desconfianza, amargura, decepción y pesimismo finales, cuando son traicionados los ideales de la lucha armada.
De este modo, la obra refleja los cambios sociopolíticos ocurridos en el México de aquella época, por lo que su mayor mérito está en haber ahondado en la psicología del pueblo mexicano para dar un testimonio literario profundo y completo.